Al tener operaciones con moneda extranjera, produce unas diferencias que son ingresos o gastos, por “diferencias de cambio”.

En el momento del cierre del ejercicio, hay que contabilizar las diferencias de cambio a la fecha de cierre, de todas las cuentas con saldos en moneda extranjera.

En el momento del pago o cobro, también hay que hacer el cálculo de las diferencias de cambio, si su valor es diferente del momento del día que se hizo la operación.